sábado, 31 de octubre de 2009

Diosa de alcoba

Sabrás ocultarme bien hondo en lo profundo de tu piel cuando el lado oscuro venga por mí, cuando quiera él apagar con fríos abrazos de temor mi sangrante y gastada devoción, sabrás ocultarme en tu templo sagrado y tenerme cautivo como una fiera enjaulada en la expectación de mas noches en vela, en oración al fuego que me provoca y nos derrite, que nos funde con nuestros miedos y nuestras ansiedades; ansiedades que calmamos al desgarrarnos el alma azotando cada uno de nuestros muy ocultos deseos piel contra piel, y no te preocupes si el helado anhelo de libertad que siente mi espíritu por vivir a la deriva sin dueño, sin ritos ni protocolos salvajes, congela y entiesa por largos segundos mis manos, no te preocupes por que en ese momento me mandaras al vacío con tanta fuerza que separaras mi lógica de mis pasiones, y entones, sin una pizca de razón ni una simple pretensión de control, me encenderé de nuevo y averiguare el secreto para calentar tu corazón hasta que el lado oscuro venga por mi de nuevo a revelarme este vía crucis en círculos, y así será que mi fuego transcurrirá dentro de tus paredes, así será que cada vez que arrebates mi luz, yo encontrare de nuevo el camino a tu subyugante mandamiento, así será que en aquellos momentos sabrás ocultarme bien, en lo mas hondo de tu ser, pero también sabrás acabarme bien, así será como le rece a tu piel una vez y por cien noches mas, así será que me incline ante ti.

jueves, 8 de octubre de 2009

tal vez

Quien se acerca con pasos suaves y anunciado por el suave murmullo de un viento desconocido, con olor a jazmín, que no entra mas que en una ventana solitariamente abierta en la oscuridad de la noche húmeda y calmada, quien traspasa la densa vegetación de mi calle y con los pies desnudos se desplaza sobre las frías piedras que parecen darle un vigoroso empujón hacia mi balcón por cada tranco que deja detrás, quien con su aproximamiento me hace desviar una vez mas la mirada del cielo calmado que cubre a muchos con el corazón desamparado, y me obliga a escudriñar entre el cuadro expresionista de la noche a la cual quiero pertenecer con cada ansia de mi agobiado ser, quien será, que no logro averiguar, que será lo que noche tras noche viene a intentar lo que no logra conseguir en medio de la oscuridad del octubre nocturno, que o quien será lo que impacientemente busca mi esencia y solo se asoma cuando salgo a la noche y abro los ojos buscando lo que no puedo tener, anhelando lo que tal vez este por venir, de entre el corazón amable de una ninfa salvaje tal vez este por llegar la súbita cura a la sequedad de mi sangre, para convertirla en el hirviente combustible de mis pasiones, tal vez este por despertarme la musa de la contemplación eterna y aprisionar mis vocaciones enteras en la sola observación de su radiante mirar, tal vez sea la diosa que sueño convertida en errante protectora de mis indefensos principios y prodigiosa ilusionista de mis alegres fantasías, tal vez será, pero aunque mis ojos se asoman socorriendo al auxilio de una psique sedienta de auras astrales con polvos de mágico amor, no logran mis nervios distinguir de entre las criaturas reptantes de mi cuadra la ostentosa y a la vez frágil presencia de cualquier cuerpo dignado al sacrificio de yacer de luna a luna bajo el calido peso de mi aliento, sacrificio de yacer inmóvil de esquina a esquina dentro del pequeño espacio que nunca se cierra por debajo de mi hombro izquierdo, dentro muy dentro de mi, sacrificio de buscar salida, para después negar su libertad y buscar la caricia de mi destemplado tacto ansioso por quemar con la sangre, que lograra circular de nuevo en un cuerpo vacío y frío, piel contra piel de un “tal vez” que se asoma solo cuando salgo a la noche, y tal vez lo consiga, entrar esta vez en mi alcoba, tal vez sea el amor que llegara cuando este con los brazos abiertos, o tal vez solo llegue cuando me encuentre dormido, cuando venga a intentar lo que no consigue, pues no todos los sueños tienen llaves de los balcones cerrados, tal vez sea yo que no distingo en la oscuridad, tal vez sea él que no sabe buscar.

jaques (cuento ecológico)

De pasos fuertes pero cautelosos, sigilosamente se acerca, hundiendo alimañas en la tierra, despedazando todo lo que no le deja el camino libre, destruyendo a cada paso, pero en silencio, siempre en silencio, busca lo que se esconde, a veces por días, a veces por semanas, entre la selva y mas adentro, donde esta tan oscuro que muchas veces ni él se encuentra. Con grandes tubos negros que posa sobre su cara, trata de averiguar cada detalle, cada amenaza, cada posible encuentro, ¿Qué es lo que tan desesperadamente quiere poseer?, ¿a que le apunta Jaques con ese dedo suyo?, ese largo dedo frío y negro como el reflejo de su alma, que solo necesita extenderse y señalar, para que ante él caiga rendido cualquier trofeo grande o chico, prudente o curioso, ¿Cuántas veces mas tiene ese espantoso dedo hueco que escupir fétidos trozos de su odio para obtener lo que quiere?. Por mas que busque, no se saciara de la sangre que lo llama a la matanza en cada una de sus aventuras, por que cada vez que arranca un trozo de este mundo, lo coloca dentro de sí, simplemente para llenar el vacío que otros como él le han causado.


De pasos fuertes, apresuradamente se acerca, sin siquiera buscar estar vez entre lo que no puede ver, sin disparos, sin absurdas persecuciones, pero aun cobrándose a quien no le debe, arroja al suelo algún extraño artefacto, desperdicio de alguna necesidad suya, basura que algún desafortunado sobreviviente de pasadas cacerías, tal vez engullirá y tal vez muera. Así que Jaques es el mismo, buscando satisfacer su orgullo o simplemente estando en un mundo al que no pertenece, pues no es su actitud, sino su existencia la que es mortífera.