sábado, 28 de marzo de 2015

Confesión primera

Cuando la espesa niebla se fusiona con el eco de mis bóvedas interiores. Cuando retiembla el fulgor de gritos súbitos cual llamaradas de dolor que destellan recuerdos inexistentes en la base de mi composición, que adopta el subconsciente y ahí irán encontrándose lugar. Cuando se mueven los cimientos de una catedral colapsando sobre lodo debajo de su propia inmensidad. Cuando se pierde el centro de las cosas y se abre como la onda de agua en un lago eterno, como radar buscando un limite que dé golpe al andar y reitere la dirección, es imposible precisamente, recuperar el camino, pues como en una fusión nuclear, no hay marcha atrás que nos devuelva al inicio rustico desde nuestra pregunta inicial, volviéndose una sensación etérea de dilatación extrema que abandona su caudal para cubrir totalidad en toda dirección. Iniciando un viaje que le de vuelta a la eternidad, rompiendo toda elasticidad del ser, para converger en un punto remoto. Es entonces que una vez salidos, los interiores se me embarran con el todo. Como si al verter leche en un embudo hecho de panal, ésta lo recorriera por el lado externo de sus caras, para agriarse y descomponerse, tomando los sedimentos a su paso y converger entre la perdición y purificación en un intimo punto de miel virgen al final de la boquilla, gota misma que caerá para convertirse en algo mas, sin marcha atrás. Y todo por que un día de neblina, mi aliento salio a encontrar un horizonte nublado, y perturbado tuve que confesarme; -muero por encontrarme mas allá-.  

miércoles, 25 de marzo de 2015

Vagabundo

El hippie de las uñas largas, que nunca hablaba a la cara, con telarañas y el moco seco de tanto llorar sin cerrar los ojos, que la luz gastaba de tenerla prendida aún cuando el sol tocaba las puertas, mientras se removía lo agrio de las sábanas y arrastraba un pie y el otro del lado izquierdo de la cama, que nunca mentía, pero nadie le preguntaba nada, el mismo que no calzaba ni las chanclas y entre botellas rotas se superaba, por encima de la basura, por encima muy arriba del charol, el de los pies como papa vieja, que atraía las miradas al suelo y su andar, mientras su barba por encima del horizonte solo más se elevaba, el hippie que caminaba y nunca se agotaba, pues sólo ese vato... Ese vato flotaba.

El libertino enamorado 1

Que ha pasado dejando el uno sesenta típico de esencia cambiado al respirar y que deja la nota de haber cortado lo que entre alientos supone un aire universal con un similar ósculo floral a la clave sensorial que como al sabueso manda el zorro, y del polen a la abeja, que no notáis por que no habéis olfateado jamás, pero de volver a pasar, juro que de buena cacería náufrago os lamentaríais repitiendo calle por calle ... A qué suceder tan impregnado de andar mi pasos se adelantan, y encontrarán un final?... Eso, podéis darme verdad?, No, ni lo he notado tío...

Viaje en el tiempo

Podemos viajar en el tiempo... Pero sólo hacia adelante, lo que significa dejar mucho más atrás de lo usual lo que ya se ha quedado para siempre atrás, lineal en una cuarta dimensión donde el futuro nos dicte el camino y al girar la cabeza nuestra realidad se vuelva un óleo de sucesos vivos, donde se desplazan emociones en un yugo interminable de existencia, es duro tener en cuenta la muerte, el desatino y las sorpresas frente a cada paso... Por qué aquí en la tercera dimensión, estamos estancados, entre el momento que avanza segundo a segundo, y no saber de anticipado hace las cosas tan interesantes, como tenebrosas, nos da una realidad súbita, presta para atender, o dejarla ir... Y el viaje hacia el futuro supone mudez, quedarse quieto al borde de un halo que entré más fuera de órbita sucede como el cine, como las obras... Suceden sin ti, pero con todos los demás... Suspensión emocional que sugiere permanecer al filo de un suceso que nunca volverá, para alcanzar continuaciones en blanco que se interpreten al azar, por saber como llegar... Por haber saltado de lo vivido del hoy, al que será mañana, sólo se viaja quedando inerte mientras lo demás avanza.

El Observador

Por medio del testimonio presencial, queda en claro que los aspectos marcados por la expectativa derrumban la percepción, así como exaltan el antagonismo a la sociedad y la clausura de vínculos humanos que refieren a la colectividad, ruptura en el lazo que dicta este testificar, vacío causante de una percepción florida en expectativas y lejana a cualquier realidad, que es la causante de la misma separación y a su vez continua y sigue... hasta el punto en el cual no haya nada que esperar. El inicio de la existencia arbitraria.

Balanza 1

Tiré de mis cuatro esquinas para desgarrarlo todo y romper todas las cadenas, para regarme sobre y atravesar como gotas la tierra, pero nunca supe elegir el lugar indicado, camine descalzo el fango y con ocio alivie mis pies, con paradigmas degrade los sentimientos, tuyos, de ella, de él, míos y lo que construí en un tiempo, en otro, con mis manos lo derrumbe... respire el aire más puro, y el vicio denso con sabor a derrota de los lugares oscuros, hoyos de alerta para el alma en este universo, y aún, no sé nada de nada, ni que lado de las cosas es mejor...

la trama sin fin - 1

Fue un arrebato el que inició la búsqueda, y un momento de silencio lo que la concluyo sin haber encontrado nada. Fue postergación lo que llevo a concurrirnos en barrera espacial, algo que el tiempo dejara intacto. Raquíticos silencios y pura corazonada que, irónicamente, nos situara al principio de otra. Comenzando un sin fin de conclusiones a pesar de no haber iniciado nada.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Los días de oscuridad

Al final entendimos que lo que no nos gusta se vuelve con el tiempo nuestro mejor amigo, y si del miedo servimos los días y cambiamos el sol por los cuartos oscuros es para ganarle confianza a la suerte. Del humo venimos y nos arrastra, soledad invertimos por tiempo de mirar hacia fuera, por rendijas despreciamos a los que nunca cerraron los ojos para ver mas allá… y aquí estamos hundidos entre el calor a secas que desprende los olores de un vicio incontenible en el aire de este lugar. Adorando los odios que nos han convertido, estamos más cerca de hallar la iluminación. Si, nosotros que vivimos en la sombra nos vamos haciendo amigos de la muerte, tomando confianza, creciendo entre polvo, cigarrillos, las drogas caras que en cada momento nos abren lejos del último punto de partida. Somos un suceso que jamás nadie notará como tal, y nos volvimos por eso, un sentimiento que le causa pavor a los demás. La gente que toma fuerza lejos de la luz del sol, que ve cada segundo como un irremediable recuerdo del pasado, cuando no hay nada que hacer ante nada de este mundo, cuando el tiempo no alcanza, si no para saber que con el paso de éste vamos muriendo aún sin empezar a contarlo, por que ni por ignorancia se detiene, ni clemencia, sin nada que hacer. Así vivimos lejanos de entender a que nos acercamos, pero a sabiendas de que sucede poco a poco, entiéndase o no, disfrutar de la penumbra en vida nos dará la ventaja de un inmenso placer llegado el momento, nuestro clímax, el paraíso de los que saben a donde malditamente apunta todo esto, la realidad de quien se atreve al pasar de las horas, infestarse de placeres oscuros en un cuarto lleno de humo negro. 

lunes, 2 de marzo de 2015

El pensamiento más oscuro

Saber que ni en este, ni en ningún otro momento, sobre cualquier circunstancia y ante cualquier preferencia, cruzo de al menos unos segundos; en forma abstracta, de palabra, o en imagen, de fragancia rancia, dulce, agria lo mismo da, de tacto… latencia en los nervios, el sin fin de los reflejos que acosan tu cabeza aún en sueños, ni por asomo el tiempo juzga el agua al cántaro, puesto que no hay ni cantidades que sumar. No hay cadencia, por que no se tiene ritmo, y como no hay tal no se lleva a cabo la poesía. Pero más importante que todo, no hay materia. De lo mucho de existencia rastro alguno mío quedará como la sombra en un pasaje oscuro de tu subconsciente donde rebote de esquina a esquina, que no ataña a mis facciones en lo más elevado de tu anhelo, en cambio aceche el pensamiento como el ir apagando de las luces, como el miedo, que sin ser bandera de belleza ahí dentro crece entre tinieblas. Un oculto cameo de suspiro, notorio solo por el filo de los ojos, que en presencia se agiganta según la medida del deseo, que pasará de un momento de ilusión a un vivido as sensorial que dictará realidad donde alguna vez solo hubo pequeñamente un recuerdo que oculto la vida que piensas durante el día. Saber que ni ahora ni nunca, pero de ser solo una sombra podría sobrevivir el día. Podría ser un miedo vuelto fantasía.