martes, 30 de junio de 2015

S.L.1

Represento el centro podrido de este corazón que a cuestas avanza hacia la inutilidad de de la desesperanza, soy el sabor acido de la derrota antes de la batalla, soy un hueco resplandor apuntado hacia lo alto, perdido donde empieza el universo, con la suerte de tu lado, y mis entrañas en tus manos, juegas bien a la tortura, juegas bien entre colores arrepentidos...
Entre el si y el no, soy el extraño segundo catastrófico que volteó tu mirada al infinito, para después mancharme con la falsa ironía de lo que es y no puede ser...
El verdadero tormento del activo impaciente, estridente flagelo, consuelo del llanto...


martes, 16 de junio de 2015

Balanza 5

No hay más, ni tengo fuerzas, no tengo ni las ganas, ni motivos por las mañanas, no tengo nada, y encima tantas cosas que me hacen falta, tantas cosas que no soy, pues no soy nada, no hay nada por las tardes, ni buenas noches, no hay sueños y las madrugadas hasta aquí tiemblan, no hay mañanas, no quedan ganas, ni de abrir los ojos, de cantar, de hablar... No quiero nada, si que hay lunas pero no hay miradas, ya no hay cielo, ni estrellas, ya no hay preguntas, ya no veo el universo, pues ahí no hay nada, nunca hay nada, por más que anhele, por más que la carne de mi corazón se tuerza y desgarre el aire en gritos, nunca hay nada, por más que eso que está a punto de salirse por la boca del estómago e impulsa el cuerpo un paso hacia adelante, escapando como aliento por los labios, se repita a toda hora, nunca hay nada, nunca llega, nunca pasa, nunca nada. No hay más que vivir sin esperanzas, como el asno que repite en círculos cada mañana el mismo camino, empujado, por que debe, si no se mueve muere, si no obedece también muere, pero ahí no hay nada, si no te mueves mueres, mejor te arrastras, con lo que sea que sirva de combustible, por que la esperanza vuela, te da alas y da las ganas, pero nadie sabe que sin esperanza mueres. 

miércoles, 10 de junio de 2015

Pienso

Opiáceo intimo excitante vanagloriando el aire calibrado para un cuarto húmedo pesado que encierra inercias palpitantes de esquina a esquina sorteando bordes miserables atados a atlánticos que hunden la suerte que es bocanada de exilio a una órbita látigo que expulsa fuera de eje cual bala y al infinito catapulta sin dejar de girar sobre sus propias puntas.

martes, 9 de junio de 2015

Balanza 4

He perdido la razón, y si me ven no lo mencionen, ni se les ocurra decir; que tal? Como has estado?. He vuelto de donde nadie esta seguro si volverá algún día, de donde embarramos lo que somos y sólo lo que es potente vuelve para dictar una nueva agonía. He perdido contra ustedes, contra ti, y contra mi, pero de suerte tengo el último telar, aunque de pobres tejidas tragedias atormentarán, es lo mío y no negaré, que por el último tiempo al menos, seré nostalgia y mucho más que mi propio drama. Para dejar de ser historia y convertirme en muerte, olvido, temor de artista, de opinión, terror de quien se envuelve de fatalismos para hacer su vida un pesar contaste, valioso, épico sufrir que vengará la soledad en vida para decretar; valió la pena. Aunque el sufrir valió de nada, la verdad es que la vida no sirvió, si no enseñó a otras de cabo a rabo un desperdicio total. Sufrimiento eterno de un solo pesar para unos cuantos creyentes, doctrina magistral de apostata, humilde sollozo de mártir. La vida es para satirizar. 

lunes, 8 de junio de 2015

Balanza 3

Eres más que lamentable. De hecho es esta tragedia tan densa que podría sortearla como esquivando cuerpos en las calles. Si es que has notado el progreso del polvo en tus entornos que más puedo decir, además de lamentable has pasado al término de ser obtuso inerte. Mantiene de alguna forma un hedor a rancio cualquier espacio habitado por el peso de tus carnes, que se ocupan de marcar un halo intermitente entre apagado y encendido que para terminar esta escena de indomable decepción determina mas bien quietud a largo plazo que un movimiento próximo. Y cuestionas que ahora los caminos están cerrados y sentencias que de andar sería para salir volando. Eres mas que triste, te has vuelto parte de un cuadro que enmohece y pierde tono con mas y mas sedentarismo, te has vuelto la figura de ayer que no querías ver y sabes que mañana ahí estará para obligarte a ser lo que no fuiste capaz de contradecir, de contraatacar, para concretar indecisiones y para desde el amanecer esperar que de momento llegue ya la hora de partir por unas horas. Eres un olor a podredumbre que solo olfateas tú, y sin embargo sigues lamentando, y como si la desesperanza otorgara el justo peldaño del cual con desden puedes señalar, sabes que acusar es echarse una lápida en la espalda. Pero entiendes que  la desgracia es tal vez para compartirla. Eres lamentable, y es por eso que esta noche te he abandonado, como todas, para regresar a rastras bajo el jugo de tu ocio matutino, que dura de la luz hasta la luna. No quedará más que locura el día que me vaya lejos, tan lejos aunque sea solo una noche, y otros mundos me transporten fuera por siempre y jamás retomar el punto de partida. Eres lamentable, pero nunca más que yo, y nunca como el día en que me quede en el destierro. 



lunes, 1 de junio de 2015

Irreversible

Sobredosis de melancolía irreparable que me llevo a sufrir inenarrables cuentos de grandes desesperaciones impresas en momentos borrosos que se perdían entre puertas y pasajes de estos sueños, que al pisar las hojas de mis noches de otoño rompía en llanto el rocío de un canto que anunciaba la media de una velada onírica más allá de fantástica, intrigante. Era atroz el manejo con que el viento retorcía incluso los colores… era ámbar siempre templado, a punto de no derretirse, de no ser ni duro ni gomoso, y era constante, soplido a escondidas que entre versos simplemente cargaba la hedonista tarea de sustituir la respiración por el mínimo esfuerzo. Y que placer era languidecer tibiamente en regocijo, frenesí de niño en brazos, al expandir las dimensiones cual agua hundiendo mi cuerpo como si fuera el universo una manta gentil que me abraza y exacta a cualquier medida de lo que fuera que era yo, creaba un ropaje amplio y a la vez tan cercano a cada rincón.  Nostalgia irrefrenable que destruyo los jardines en los que tanto perdía de mí como de ti, en los que era solo un orgasmo de variaciones lúdicas y no valían ni los años de mis manos, ni de mis emociones, que me hizo notar en adelante que ni siquiera el espacio alcanzaría para poder arroparme.