martes, 22 de septiembre de 2015

Sirena

Poseo el secreto más sucio del universo. Cuando a punto de dormir libo entre visiones el sabor de la carne de tus labios, acomodo mis palmas en tus muslos y subo lento pero firme mirándote a los ojos. Que esplendida con tu cabello rojo, es la fantasía sublime de desnudarme frente al sol abrasador y derretirme entre sus explosiones, erupcionar por mi ser las convulsiones animales mas sublimes, que fácilmente podrían ser confundidas con amor, y salpicar como las olas tu piel sirena de mar, mar que es basto y cubre mi horizonte, pues desde cualquier punto te espero a mi andar por la calle, por los bares, por la vida. La posibilidad agota mis silencios y mis oscuros juegos me llevan mas a prisa que de costumbre a derrumbar el costal de imaginaciones a tus pies, como un cachorro que mata una bella criatura para postrar como tributo al amo, dejaría a tu placer cualquiera de mis fantasías, con nobleza invitando a tu morbosidad ser testigo de cómo con un simple tacto tuyo la alquimia pueda transformar a un ser blasfemo en la fuente de lo tántrico, tu en el mar y yo con el espasmo de un relámpago, como lengüeteada por tu espalda, creando el ritmo de un sigilo, la marca del hartazgo sensorial en nuestros cuerpos. Pero nada es oscuro en tu presencia más que tus abismos sirena, y yo casual ante los riscos de tus océanos amarro un yunque que se llama deseo a mis tobillos y te busco en la orilla, en el horizonte, en la zona abisal, en el punto donde el sol besa las aguas y proyecta tu silueta aun desconocida llamándome al abismo donde seguramente no te encontraré, pero me aviento directo al encuentro con el fondo, sabiendo que por toda su inmensidad andas y que ahí en la nada, alguna corriente, por casualidad, me llevara a donde nadas. 

lunes, 7 de septiembre de 2015

Cioraneando

Ya no eres mi héroe, lo digo con lágrimas en los ojos y el corazón más volcado que nunca hacia mi destino agrio y solitario. Cuando mi primer amor se fue, me di cuenta de que el amor era una ilusión, cuando se entrego a un imbécil, me di cuenta de que el imbécil era yo. Cuando los amigos fueron risas de escenas pasadas, me convencí que en poca gente se puede confiar en esta vida. Cuando conocí la envidia no logre entender por que no recibía el afecto que quería, y cuando conocí la hipocresía no entendía bien lo que los demás decían y por otro lado actuaban. Soy hipersensible y el flujo normal de las sensaciones en todos los seres humanos me hace temblar, literal, puedo romper en llanto por la mas mínima brisa de tragedia, y puedo desbordarme mas allá de mi propia felicidad sin motivo alguno, mis sentidos se hunden en todo lo que observo, en todo lo que escucho, en lo que se mueve y lo que esta inerte, incluso el respirar de alguien me dice que tanto me odia o ama. Vivo como nadie mas, al límite de una bocanada que se pierde en mis escondrijos para rebotar y rebotar con más fuerza cada vez en un eco que atraviesa mi piel y pareciera que corre todo de prisa a través de mí lacerado corazón. Soy triste infinitamente y a la vez frío, soy terso y a la vez una pared, y lamento más que nada ser la pared. Convulsiono entre pesares y goces y mi alma vibra incontroladamente fuera de sus límites. Encontré a mi paso por la vida un sin fin de decepciones y ahora que decido ser fuerte, aceptar mi condición y ser valiente a cada maldito segundo de existencia, veo que estoy vacío de esperanza, que no tengo por que o quien luchar, que la lucha no existe ni siquiera, por que no hay virtudes que pueda encontrar, ni en mi ni en nadie. La vida es una habitación inundada de tristeza y me pregunto: ¿no podría haber venido al mundo a otra cosa que sentir? En forma tal vez de viento, como una montaña o como un pequeñísimo átomo en las hojas de un cuaderno.
Ya no tengo héroe por que comprendí que eso que busco y quiero ser no esta en mi naturaleza e imploro por que la existencia acabe y dé paz a mi sentidos, a mi mente, que mis latidos cesen y no bombeen mas ilusiones a este templo desquebrajado. Como una nueva visión que nadie comprende, ¿Qué sería del mundo si no me hubiera encontrado? ¿Qué sería de mí, si no me hubiera conocido? Pensé; algún día renacerá un ser valiente y gran maestro de amor y conocimientos de los latidos turbios de mi desesperación, pero ahora lo que sé es que solo soy más pequeño, solitario y desganado, y el gran virtuoso que hay en mi se perdió antes de nacer.

*escribo esto no por ti o por alguien más, lo escribo por que si no lo hago reviento, aunque sigo siendo un grito en la oscuridad de nadie. 

miércoles, 2 de septiembre de 2015

La luna sobre el río

Como un suave regaño de plata que cae sin filo, pero plana sobre mi espalda, fría cual río nocturno, me roza la espada de luz de luna, luna de sus ojos. Me abre en dos al caminar. Volteo, por que a mi oído le jalan con un susurro que suena a chasquido de labios, que baja por mi columna como una gota de agua. Me pasmo, respiro hondo, orgulloso y me ensancho de hombros. Todo sucede sin verte a los ojos, y sin mirarte veo cuanto recorren los tuyos, nervioso trago saliva y aprieto los dientes, transpiro pura patanería y hundo la vista en puntos inexistentes con tal de evitar encontrarme con una trampa mortal, que asimilo siempre y cuando no la observe directamente, es usted como medusa, en piedra reposaré cualquier día que sin ser precavido atraviese mi nervioso notar con su sonrisa. Es usted como la decisión fatal de los desesperados por la vida, tiemblo de miedo al sentir su fulgor atravesar mi mas ínfima muralla, pero que no daría por sentir su aliento mas que el peso de sus ojos en la retaguardia, y morir desarmado al vapor de sus manos. Como la luna que besa las aguas en intima frialdad, así me encierra las ansías una neblina otoñal, a orilla del río que soy yo, ansioso de luna, luna de usted.