lunes, 7 de septiembre de 2015

Cioraneando

Ya no eres mi héroe, lo digo con lágrimas en los ojos y el corazón más volcado que nunca hacia mi destino agrio y solitario. Cuando mi primer amor se fue, me di cuenta de que el amor era una ilusión, cuando se entrego a un imbécil, me di cuenta de que el imbécil era yo. Cuando los amigos fueron risas de escenas pasadas, me convencí que en poca gente se puede confiar en esta vida. Cuando conocí la envidia no logre entender por que no recibía el afecto que quería, y cuando conocí la hipocresía no entendía bien lo que los demás decían y por otro lado actuaban. Soy hipersensible y el flujo normal de las sensaciones en todos los seres humanos me hace temblar, literal, puedo romper en llanto por la mas mínima brisa de tragedia, y puedo desbordarme mas allá de mi propia felicidad sin motivo alguno, mis sentidos se hunden en todo lo que observo, en todo lo que escucho, en lo que se mueve y lo que esta inerte, incluso el respirar de alguien me dice que tanto me odia o ama. Vivo como nadie mas, al límite de una bocanada que se pierde en mis escondrijos para rebotar y rebotar con más fuerza cada vez en un eco que atraviesa mi piel y pareciera que corre todo de prisa a través de mí lacerado corazón. Soy triste infinitamente y a la vez frío, soy terso y a la vez una pared, y lamento más que nada ser la pared. Convulsiono entre pesares y goces y mi alma vibra incontroladamente fuera de sus límites. Encontré a mi paso por la vida un sin fin de decepciones y ahora que decido ser fuerte, aceptar mi condición y ser valiente a cada maldito segundo de existencia, veo que estoy vacío de esperanza, que no tengo por que o quien luchar, que la lucha no existe ni siquiera, por que no hay virtudes que pueda encontrar, ni en mi ni en nadie. La vida es una habitación inundada de tristeza y me pregunto: ¿no podría haber venido al mundo a otra cosa que sentir? En forma tal vez de viento, como una montaña o como un pequeñísimo átomo en las hojas de un cuaderno.
Ya no tengo héroe por que comprendí que eso que busco y quiero ser no esta en mi naturaleza e imploro por que la existencia acabe y dé paz a mi sentidos, a mi mente, que mis latidos cesen y no bombeen mas ilusiones a este templo desquebrajado. Como una nueva visión que nadie comprende, ¿Qué sería del mundo si no me hubiera encontrado? ¿Qué sería de mí, si no me hubiera conocido? Pensé; algún día renacerá un ser valiente y gran maestro de amor y conocimientos de los latidos turbios de mi desesperación, pero ahora lo que sé es que solo soy más pequeño, solitario y desganado, y el gran virtuoso que hay en mi se perdió antes de nacer.

*escribo esto no por ti o por alguien más, lo escribo por que si no lo hago reviento, aunque sigo siendo un grito en la oscuridad de nadie. 

1 comentario:

  1. Escribe ahora... que naces a diario entre penumbras, escribe ahora que naces virtuoso.

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